Un día, un pastor descubrió a un cerdo gordo deambulando por el prado donde pastaban sus ovejas. Rápidamente intentó atraparlo. Pero el cerdo chilló en el momento en que el Pastor se acercó a él. Y cuando el Pastor le puso las manos encima, chilló tan fuerte que habría pensado que el Cerdo estaba siendo masacrado vivo.

A pesar de sus chillidos y luchas por escapar, el Pastor se puso su premio bajo el brazo y se dirigió hacia su granero.

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Las ovejas en el pasto estaban muy asombradas y divertidas por la  comportamiento, y siguió al Pastor y su carga hasta la puerta del prado.

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Una de las Ovejas le preguntó al Cerdo. “¿Qué te hace chillar tan fuerte? Cuando el buen Pastor atrapa y se lleva a uno de nosotros, ninguno de nosotros hace un escándalo tan espeluznante como tú ".

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Con un chillido y una patada frenética, el Cerdo respondió: "Tu comportamiento es muy bueno y bueno y noble también. Pero ya ves, cuando te atrapa, solo quiere lana. Pero cuando me atrapa, quiere chuletas de cerdo, tocino, ¡scrapple y jamón! "

Moraleja: Es una tontería juzgar sin considerar posibles motivos ocultos.